RECONOCIMIENTO
Ella trabaja duro, pero no entiendo para qué. No le va a valer de nada que
emplee tanto tiempo en eso, al final nunca obtiene el reconocimiento.
Todos los días se levanta temprano para estudiar, ponerse al día con los
trabajos y hacer las tareas de la casa. Luego se marcha a la universidad, como
si con eso fuera suficiente para poder decirle al mundo: hoy está bien, he hecho un buen trabajo. Sin embargo, sale a la
calle con los hombros encogidos.
La veo cada día que pasa. La observo mientras piensa y deja la vida correr,
y me doy cuenta de que lo sabe. Sabe que no hay nada que hacer, que siempre
será igual, que el esfuerzo lo pondrá ella y el mérito se lo llevará otro.
A pesar de todo, sigue adelante, con la cabeza alta, los hombros caídos y
el alma arrastrándose pesadamente a tres metros de distancia, manchándose con
la suciedad del pavimento.
¿Por qué lo hará?, me pregunto una y otra vez, y una y otra vez obtengo la
misma respuesta: hoy voy a hacerlo bien,
hoy será un buen día.
Y así, día tras día, vive una vida que luego verá cómo le es arrebatada a
la fuerza y sin ninguna dificultad, sin poder hacer nada para remediarlo. Le roban
la vida, y ella solo es capaz de quedarse mirando ese agujero vacío que queda
en su pecho. Después alza la vista y se pone a escribir.
Ojalá pudiera ayudarla, decirle hoy
será un gran día, darle el reconocimiento que otros le niegan… Pero yo solo
soy un pensamiento perdido.
Aer
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